Encender tu luz en tiempos oscuros

Un alumno afligido: “Maestro...Están pasando cosas horribles en el mundo y no sé qué hacer. Me pongo triste. No sé cómo ayudar. Me siento culpable por estar bien cuando otros están muy mal”

El Maestro contestó:

"Cuando te vas a dormir, apagas todas las luces... pero enciendes la de tu cuarto. Ya no estás en la cocina. Ya no estás en el patio. Estás en tu habitación, donde te corresponde estar. Y ahí enciendes la luz.

Así es en el mundo. Si hay guerra, pero no estás ahí... es porque no te corresponde estar ahí. En el lugar en donde estés, enciende tu luz. Si tienes para compartir, comparte. Si tienes algo valioso que aportar, hazlo. Si eres sabio, da consejo. Si eres belleza, sé belleza. La luz se enciende porque en la Tierra hay desiertos y hay mares.

Si te tocó ser parte del agua, ¿por qué afligirte por el desierto? Si eres desierto, ¿por qué afligirte por los mares? No te culpes. No decides quién vive o quién muere.

Solo cumple lo tuyo: Prende tu luz. Sé parte de la luz, no del problema”.

El mundo, cuando está a oscuras, necesita más luces prendidas.